lunes, 26 de enero de 2009

Cuento de Augusto Monterroso

El paraíso imperfecto
[Fábula. Texto completo]
Augusto Monterroso
-Es cierto -dijo mecánicamente el hombre, sin quitar la vista de las llamas que ardían en la chimenea aquella noche de invierno-; en el Paraíso hay amigos, música, algunos libros; lo único malo de irse al Cielo es que allí el cielo no se ve.

FIN


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La posibilidad de la Metafísica en Kant por Pablo M. Pernas

 

Seminario de Kant y Hegel

La posibilidad de la Metafísica en KANT

Pablo M. Pernas

Mayo 12, 2008

 

Hay dos cosas que llenan el ánimo de una admiración y una reverencia siempre nuevas y crecientes, cuanto más a menudo y más prolongadamente el pensamiento se detiene en ellas: el cielo estrellado por encima de mí y la ley moral que hay en mí[1].     KANT

 

En este trabajo presentaré de forma general a Immanuel Kant.  En un primer momento, se darán los datos básicos del autor para continuar explorando un tema central en él, a saber, si es posible la metafísica como  ciencia.

 

Immanuel Kant nació en Königsberg en 1724 en el seno de una modesta familia de artesanos.   Como nos comenta Reale, Kant recuerda en una carta con sentimientos de enorme gratitud a sus padres, considerándolos como modelos de honradez y probidad, y reconoce haber recibido de ellos una ecuación excelente.  Su madre, Regina Reuter, tuvo una gran influencia en la vida de Kant.   Por lo que se puede apreciar, su madre le inculcó muchos valores, como el sentimiento de admiración por la naturaleza, el amor por el conocimiento y un aspecto que fue muy importante y que definiría el ser y quehacer de su vida: el religioso.   Regina educó a su hijo en el rigorismo propio del pietismo (una corriente radical del protestantismo).  Un rasgo que me llama mucho la atención es el alcance e importancia de su pensamiento y el lugar que Kant ocupa en la filosofía a pesar de no haberse alejado de los alrededores de Königsberg.  También me llama la atención la fuerte influencia cultural que recibió de su ambiente: metódico, escrupuloso, y fiel a sus costumbres hasta el extremo. Fue extremadamente puntual en sus clases y cumplió siempre todos sus deberes[2].   Una de sus frases que bien podrían resumir su vida es la siguiente: Hay dos cosas que llenan el ánimo de una admiración y una reverencia siempre nuevas y crecientes, cuanto más a menudo y más prolongadamente el pensamiento se detiene en ellas: el cielo estrellado por encima de mí y la ley moral que hay en mí[3].    

 

Al finalizar el estudio acerca de Kant, percibo la importancia que tuvo para él la metafísica y la búsqueda de un fundamento científico de la misma.   El mismo confiesa que "tuvo que dejar la ciencia para dejar lugar a la fe" y confiesa: la Metafísica, de la cual tengo el sino de estar enamorado.    De este modo se comprueba la preocupación y la importancia que la Metafísica, en adelante MF, tuvo para Kant.

Es importante destacar que ante la pregunta que se hacía en el tiempo de Kant acerca de la posibilidad de admitir las mismas evidencias de las matemáticas y la Física de Newton, Kant buscó un esbozo de solución y empezó a reflexionar en torno al asunto.   La matemática es una ciencia constructiva que crea sus propios conceptos que utiliza.  Dichos conceptos son sintéticos.   Por su parte, la MF o la filosofía no pueden ser constructivos.  En la MF, se tiene una idea que se contrasta con la vida, con la experiencia, es por ende, analítica.      De esta forma Kanta pretende establecer los alcances de la razón  y es por ello que la crítica de la razón se realiza y se materializa en su obra intitulada "Crítica de la Razón pura".  En ella, Kant establece los alcances de la razón, o diciéndolo de otro modo, busca responder a la pregunta: ¿qué puedo conocer?

 Frente a la conmoción que causaban en su entorno y en él los descubrimientos de la Física de Newton, Kant exploró y descubrió el procedimiento: La matemática y la física son dos conocimientos teóricos de la razón que deben determinar sus objetos a priori.  La matemática, como nos comenta Kant, lo hace de una forma enteramente pura, mientras que la física lo hace de una forma parcialmente pura.   Por su parte, la matemática la propone Kant como el camino seguro de la ciencia, ya que lograr determinar lo que sea ciencia, es un camino sinuoso.  Bastó que alguien, no importa si fue Tales o no, demostrará el triángulo equilátero. Porque de ello Kant desprende la siguiente conclusión:  Para saber a priori algo con certeza, no debía añadir a la cosa, sino necesariamente se seguía de lo que él mismo, con arreglo a su concepto había puesto en ella.   La razón sólo reconoce lo que ella misma produce según su bosquejo, que la razón tiene que anticiparse con los principios de sus juicios de acuerdo con leyes constantes y que tiene que obligar a la naturaleza a responder a sus preguntas, pero sin dejarse conducir con andaderas, de lo contrario, las observaciones fortuitas y realizadas sin un plan previo no van ligadas a ninguna ley necesaria, ley que de todos modos la razón busca y necesita.

 

Ahora bien, veamos la relación que Kant hace con la Física.  El sostiene que el éxito de la física consiste en buscar en la naturaleza, lo que la misma razón pone en ella, lo que debe aprender de ella, de lo cual no sabría nada por sí sola. Sólo así, la física puede ser considerada ciencia, después de mucho andar a tientas.

 

Por su parte, Kant define a la metafísica de la siguiente manera: Es el conocimiento especulativo de la razón completamente aislado que se levanta enteramente por encima de lo que enseña la experiencia con meros conceptos, donde por tanto, la razón ha de ser discípula de sí misma.  Sin embargo, Kant reconoce que, a diferencia de la matemática o la física, la metafísica  no ha podido tomar el camino seguro de la ciencia[4].  Esto lo atribuye a que la razón se atasca continuamente y hasta la fecha anda a tientas con meros conceptos.  Frente a esta situación Kant pregunta : ¿Por qué la Metafísica no ha encontrado el camino seguro de la ciencia? (KrV, 19).

 

A continuación él mismo esboza una respuesta:  Se ha supuesto hasta ahora que todo nuestro conocer debe regirse por los objetos. Esto ha llevado a un fracaso para encontrar algo a priori (KrV p. 20).  Kant adelanta ahora la siguiente hipótesis:_ los objetos deben conformarse a nuestro conocimiento. Establecer algo sobre los objetos antes de que nos sean dados.   El giro copernicano consiste en esto: el objeto es que se rige por la naturaleza de nuestra facultad de intuición.  Los objetos (experiencia) única fuente de su conocimiento, se rige por tales conceptos.   Ahora bien, dicha experiencia, requiere del entendimiento y éste posee unas reglas que debo suponer en mí, ya antes de que los objetos me sean dados, es decir, reglas a priori.  Esas reglas se expresan en conceptos a priori, a los que por tanto se conforman necesariamente todos los objetos de la experiencia, y con los que deben concordar. Conocemos sólo a priori, de las cosas, lo que nosotros mismos ponemos en ellas.  (KrV p. 21).

 

Semejanza con la física

 

Kant toma este último concepto de la física (método). Ya que la física busca los elementos de la razón pura, en lo que puede confirmarse o refutarse mediante un experimento.   Sin embargo, esta semejanza tiene dos vertientes. En su primera vertiente,  promete a la primera parte de la metafísica, el camino seguro de la ciencia, ya que se ocupa de principios a priori, cuyos objetos correspondientes pueden darse en la experiencia adecuada (KrV p. 21).  Mientras que para la segunda parte de la metafísica, pareciera que el resultado es perjudicial o extraño porque jamás podremos traspasar la frontera de la experiencia posible, y esta es la tarea más esencial de esa ciencia (KrV p. 21).

 

De esta forma el conocimiento racional a priori sólo se refiere a fenómenos y deja la cosa en sí como no conocida por nosotros, a pesar de ser real por sí misma.  Ha sido negado a la razón especulativa todo avance en el terreno suprasensible (KrV p. 22).

 

Kant sostiene que todo posible conocimiento especulativo de la razón está limitado a los simples objetos de la experiencia.  Y añade que no podemos conocer a los objetos como cosas en sí mismas, pero sí podemos pensarlos.  Así, Dios, alma y libertad, no son objetos de experiencia posible porque convierten ese algo en fenómeno y hacen imposible toda extensión práctica de la razón pura.  Tuve, pues, que suprimir el saber para dejar sitio a la fe y el dogmatismo de la metafísica, es decir, el prejuicio de que se puede avanzar en ella sin una KrV, constituye la verdadera fuente de toda incredulidad siempre muy dogmática, que se opone a la moralidad (KrV p. 27).

 

Ahora estudiemos las diferencias que Kant establece entre el dogmatismo y lo dogmático.

La crítica no se opone al procedimiento dogmático de la razón, en el conocimiento puro de ésta en cuanto ciencia (pues la ciencia debe ser siempre dogmática, es decir, debe demostrar con rigor, a partir de principios a priori seguros) sino al dogmatismo, es decir a la pretensión de avanzar con puros conocimientos conceptuales (los filosóficos) conformes a unos principios, sin haber examinado el modo ni el derecho con que llega a ellos. El dogmatismo es pues el procedimiento dogmático de la razón pura, sin previa crítica de su propia capacidad.  Por su parte, el escepticismo despacha a la metafísica en cuatro palabras.   La crítica es la necesaria preparación previa para promover una metafísica rigurosa que, como ciencia, tiene que desarrollarse necesariamente de forma dogmática y de acuerdo con el más estricto requisito sistemático, es decir, conforme la escuela (no popular) –KrV p.30-.   La metafísica se compromete a realizar su tarea enteramente a priori, a entera satisfacción de la razón especulativa y para ello hay que seguir el método de Wolf.  El camino de la ciencia ha de emprenderse mediante el ordenado establecimiento de principios, la clara determinación de los conceptos, la búsqueda del rigor en las demostraciones y la evitación de saltos atrevidos en deducciones (KrV p.31).

 

Es por ello que Kant estudiará la sensibilidad (espacio y tiempo) mediante la cual, las sensaciones que generan experiencias se ordenan, coordinándose así el mundo sensible y la razón.   En este proceso se distinguen la materia (lo que nos llega del exterior) y la forma.   Ahora bien, el espacio y el tiempo son intuiciones puras (vacías de contenido).  Son la forma donde se acomoda el contenido, o por decirlo de otro modo, tiempo y espacio son dos lentes a través de los cuales vemos toda el mundo sensible.  Sin embargo, necesitamos que dichas experiencias sean ordenadas por el entendimiento.  Es por ello que se necesita un ordenamiento formal (deducción trascendental de las categorías).   Este ordenamiento sería como los cajones donde yo puedo colocar mis percepciones sensibles. La analítica trascendental nos proporciona la tabla de las categorías de KANT:

 

1. de la cantidad:   unidad, pluralidad, totalidad

2. de la cualidad: realidad, negación, limitación

3. de la relación: inherencia y subsistencia, causalidad y dependencia, comunidad

4.de la modalidad: posibilidad-imposibilidad, existencia-no existencia, necesidad-contingencia.  (KrV p. 113)

 

Sin embargo, son necesarios otros conceptos o ideas totalizadoras, trascendentales, que agrupen a las experiencias (apercepciones) de un solo tipo, a saber, alma, mundo y Dios.   Es para este tipo de ideas que se juntan todas las hipótesis generalizadoras que hacen posible este conocimiento.  Sin embargo, ya no están directamente vinculadas con la experiencia.   La razón es la que se ocupa de las ideas trascendentales.   Y es justo aquí que la MF como ciencia no es posible, porque no podemos "meter" las ideas de dios, alma y mundo dentro de las categorías que les son propias a las ciencias como las matemáticas y la física.

 

Sin embargo, Kant, después de haber establecido los límites de la razón y del conocimiento, tiene aún dos preguntas que no han sido respondidas: ¿qué debo hacer? y ¿qué me cabe esperar? Es decir, la dimensión especulativa no sacia al ser humano.  Para Kant la teoría deja de tener primacía y cede paso a la vida concreta, qué debo hacer, cómo debo comportarme frente a los demás, qué hay de eso que llamamos dios, alma, mundo, etc.   Es por ello que Kant propone el uso de las mismas ideas, dios, mundo, alma, añadiendo libertad como ideas o conceptos regulativos.   Si son ideas totalizadoras es lo más general de las experiencias.    Las ideas de la razón son el conjunto de todas las experiencias directas que se ordenan.  Así, Kant pretende llegar a establecer lo formal de lo moral (lo propio del hombre).   Surge así el imperativo categórico como el dato más formal, siendo una estructura a lo que apela, es decir, llegando a juicios necesarios y universales.    Kant considera al hombre con posibilidad de ser legislador de sí mismo, capaz de establecerse por medio del imperativo categórico, una ley a sí mismo.   De esta forma, el hombre es capaz se ser autónomo y legislarse a sí mismo, no teniendo ya la necesidad de que otros legislen por él.   

 

Algunas reflexiones personales.

 

Al finalizar este seminario de Kant y Hegel aprendo varias cosas:

 

De Kant me llama la atención la congruencia de vida del filósofo.   Y sobre todo, el anhelo de razonar, de invitar a pensar, a ser autónomos, dejando atrás el escepticismo y el dogmatismo.  Para mí, es ejemplo de una persona que busca, mediante la razón y la inteligencia, llegar a entablar un diálogo "razonable" con el mundo. Un punto que considero clave es esta primacía de la vida sobre la teoría.  En mi experiencia constato que existen cuestiones, las más importantes, que jamás podrán someterse a una experimentación y demostración con los esquemas, criterios y principios propios de la ciencias.  El amor, la libertad, dios, la amistad son entes que se le escapan a la ciencia moderna y que por no encajar dentro sus esquemas dejan de tener una fuerte relevancia para el ser humano.  

 

De Hegel, surge la invitación a pensar la realidad y el mundo de una forma diferente.  Aprendo la importancia que tiene la concepción que uno tenga del devenir histórico.   Si en la historia espero la realización del Espíritu Absoluto, entonces mi vida, mi pensar y actuar tendrá un enfoque y una praxis que favorezcan que el espíritu absoluto se exprese, se exteriorice, que yo me libere, me haga libre, libere y haga libertador de otros.  Otro punto importante para mí es la imposibilidad de separar lo finito de lo infinito. Y personalmente, concibiendo esta unión propuesta por Hegel entre filosofía y teología, considero que amplía mi horizonte para poder vivir mi ser religioso  y mi religión como Grenze, como frontera que limita y que abre posibilidad a hacerla liberadora de mi vida y de los demás.  Y no podría dejar de mencionar otros aprendizajes significativos que quizá son los que más recuerdo: los del profeta Chalanustra que invita a pensar la fe, que invita a apropiarse de la vida y de la vocación de una forma crítica para poder dar razón de nuestra esperanza.

 

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

REALE, Giovanni, Historia del pensamiento filosófico y científico, Herder, España, 2004, pp. 723-725

 

KANT, Immanuel, KRV, Taurus-Alfaguara, México, 2006

 

 

Clave de lectura de la bibliografía: Todos los textos que aparecen en negritas son citas textuales de Kant.

Lo que aparece en cursivas, son comentaristas de Kant.

Lo que aparece en letra normal, son palabras del autor de este artículo.

 



[1] KrV,

[2] REALE, Giovanni, Historia del pensamiento filosófico y científico, Herder, España, 2004, pp. 723-725

[3] KrV,

[4] Op. Cit. KANT, p. 19


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