jueves, 23 de abril de 2009

Fruta y sentido

FRUTA Y SENTIDO

Hegel relata la pequeña historia de aquel hombre que quería fruta y
por ello rechazó manzanas, peras, ciruelas, cerezas y membrillo.

Pues no quería manzanas, sino fruta, no quería peras, sino fruta, ni
membrillo, sino fruta; así que eligió el único camino que le conducía
con seguridad a no conseguir lo que quería, que era fruta; pues la
fruta sólo existe (al menos para los seres humanos) en forma de
manzanas, peras, ciruelas, cerezas o membrillo.

Lo mismo sucede a quien busca directamente la felicidad (bajo en
seudónimo de sentido; pues una persona así no quiere leer, sino que
quiere sentido, no quiere escribir, sino que quiere sentido, tampoco
quiere trabajar, sino que quiere sentido, no quiere dormir, sino que
quiere sentido, no quiere cumplir deberes, sino que quiere sentido, no
quiere seguir inclinaciones, sino que quiere sentido, etc: no quiere
profesión, sino sentido; no quiere hobby, sino sentido; no quiere
familia, sino sentido, no quiere soledad, sino sentido, no quiere
Estado, sino sentido, no quiere arte, sino sentido, no quiere
economía, sino sentido, no quiere ciencia, sino sentido, no quiere
compasión, sino sentido, etc.

También esta persona elige el único camino que le conduce con
seguridad a no alcanzar lo que quiere: el sentido.


Apología de lo contingente Odo Marquard